Uharte Arakil (17/09/2023)
La primera es que en esta carrera se sube el Beriain, monte al que tenía ganas de subir tras la retirada que tuve hacer justo a sus pies en la carrera de Gasteiz-Iruña. Es un monte que desde abajo es espectacular y que aún no he subido nunca. Por este hecho ya tenía esta carrera entre ceja y ceja desde hace un par de años, pero no había dado el paso por lo comentado al principio, estas carreras se me atragantan por completo.
La segunda razón es la que me dio el empujoncito necesario. Rubén me había ya hablado sobre ella antes del verano, y me insistió durante el verano que él la iba a hacer... Y nada, tras un pequeño periodo de reflexión y viéndole a él tan convencido de hacerla, yo para estas cosas entro en seguida al trapo y, si me pillan sin estar lesionado, tardo poco en caer en la tentación e inscribirme 😝 Así que nada, aquí estoy escribiendo esto así que es obvio que di el paso.
Una vez inscrito movilicé al KT, donde Alberto y Emilio también son de respuesta rápida jaja Ya estamos los 4 en la lista de masocas, ¿o no? Bueno, esperad, que esto tengo que contarlo y dejarlo por escrito. Rubén, que tanto me insistió en esta carrera, ¡al final fue el último en apuntarse! Mira que si se llega a quedar sin dorsal... porque esta carrera, si amigos, esta carrera tan dura también completa dorsales, así que hay que andar vivo y no dormirse en los laureles para coger el "boleto al infierno". Bueno, ya veis que hablo de infierno, masocas, etc. pero es que ya he dicho que para mi estas carreras son algo así como una tortura. Carreras de mucho desnivel positivo en poco espacio... y es que yo soy más de bajar. Vamos a ver el perfil de esta prueba, que no es muy difícil de imaginar.
La carrera son 5 kilómetros clavados y 1.023 m de desnivel positivo, lo esperado de un kilómetro vertical. Los primeros 600 metros son por asfalto y con un "falso llano". Aquí nada es cuesta abajo hasta que no acabas la carrera, pero bueno, el principio es con un desnivel corrible, además por el pueblo y con mucha gente animando, lo que te medio obliga a, por lo menos, trotar. El siguiente kilómetro y medio, ya por sendero, pica más hacia arriba pero bueno, aquí los gacelas irán corriendo seguro. Yo por mi parte, me voy a llevar mis bastoncitos y mi intención es ya ir andando tipi-tapa lo más rápido que pueda. Ya llevamos 2 kilómetros sin hablar de mucha cuesta, así que os podéis imaginar lo que queda en el resto de carrera, y más aún sabiendo que la última parte de nuevo da un respiro. Los 2 kilómetros de la parte casi final son el verdadero infierno de la prueba. Desnivel que no baja del 30%, con un tramo de medio kilómetro por encima del 45% y rampas de hasta el 70%... Pues nada, lo dicho, tipi-tapa va a ser el plan del día 😂
Pues ya estamos en el día de la prueba, ¡qué bien! Nos movilizamos para salir pronto de Gasteiz, paso por El Pilar a recoger a Sanvi y luego por el parking de caravanas a por Alberto y Emilio y nada, en 40' ya nos hemos plantado en Huarte-Arakil con tiempo de sobrísima para coger el dorsal, tomarnos un café y ver el ambiente de la carrera, donde se nota que hay nivel, mucho nivel. Debe ser campeonato de Navarra de kilómetro vertical, vamos, lo que yo iba buscando para poder lucirme en carrera. Este tipo de carreras suele ser además en modalidad contrarreloj, saliendo de 1 en 1 con un par de minutos entre cada uno. En esta ocasión saldremos de 2 en 2 y bueno, no nos a tocado de parejita entre nosotros. Alberto saldrá el primero de nosotros, por la parte media del listado. Al rato saldrá Emilio y un poco más tarde Rubén, ya por la mitad de la mitad de bastante abajo. Yo "estoy de suerte", saldré el último de los cuatro, y con no muchas más parejas detrás mío. Bueno, eso quiere decir que no me va a adelantar mucha gente 😝 y también que muy probablemente voy a llegar a meta y luego al pueblo, que recordemos la meta está arriba y luego hay que bajar... ya con todo recogido. Me he hecho el "arakili" con esta carrera jaja
El día, que se presentaba nublado y con nubarrones por la zona, al final se ha quedado bueno para correr. Al menos al empezar, ya que la parte final no se llega a ver precisamente por estar entre los nubarrones 😅 Hay algo de humedad, pero buena temperatura. Eso si, recomendaban y recomiendan llevar un corta vientos o chubasquero para luego, ya que el tiempo arriba es cambiante y puede hacer bastante fresco. Emilio, Alberto y yo hemos cumplido y lo llevamos en la mochila, Sanvi se ha olvidado, pero ha llamado de camino a Huarte Arakil a un colega de la zona y parece ser que va a ir a animarle subiendo el Beriain y esperándole en la ermita con un chubasquero para hacer la bajada. Que bonita es la amistad 😉 Lo dicho entonces, salimos todos de corto, con mochila para hidratación, y los bastones que para subir nunca vienen mal. ¡Al lío!
Los nervios a flor de piel, empiezan a darse las primeras salidas, así que aprovechamos a calentar un mínimo y en seguida nos ponemos a verlas. Al poco toca despedirse de Alberto, parece que se va a la guerra: ánimos, abrazos, lloros... jaja no, esto último no, pero casi 😔 Luego es el turno de Emilio... al rato Rubén... y nada, ya quedamos 4 amigos cuando me toca salir a mi. ¡Al ataquerrrr!
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Emilio, ¡¡te queremos!! |
Mi pareja de salida es un visto y no visto 😆 Se sale por las calles del pueblo, picando para arriba pero bastante llano, así que pese a mis estratosféricos tiempos de 5' y pico el kilómetro, antes de salir al campo ya me han pasado 3 o 4. Bueno, bueno, que esto es muy largo... esta no es mi guerra. Tras salir del pueblo por la zona de las piscinas, entramos ya en camino de tierra por zona boscosa. Aquí ya empieza a picar más para arriba el asunto y, con los árboles, la humedad se nota más y las gotas de sudar empiezan a caer por la frente sin parar. El perfil no mentía y esto no es excesivamente duro, hay incluso algún descansillo donde se puede trotar, aunque yo a la mínima que se pone un poco más duro de la cuenta, echo a andar. De vez en cuando me pasa algún que otro corredor y yo, por descontado, no adelanto a nadie jeje
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Empezando lo duro... y ya deslomándome (fot. María) |
Yo voy tipi-tapa, despacito pero sin parar. El camino sigue siendo de tierra y entre mucho árbol, y el goteo de corredores que me pasan continua. Siendo mi dorsal el 23, es de suponer que he empezado con 22 por detrás mío, es decir, unas 11 parejas. A un minuto por pareja, no se si igual entre las últimas hasta dos minutos (es a criterio de la organización), habré salido con más o menos un cuarto de hora sobre el último. Se me hace insuficiente ventaja, así que tarde o temprano espero ver al coche escoba. Por ahora todo lo que he visto eran corredores jeje, pero ahora empieza lo duro de verdad...
En el kilómetro 3 y muy poco viene lo que en el perfil marcan como Auntzaldapa. Es una casi recta muy pedregosa y con menos arbolado a la bera, una autopista hasta el cielo de casi 1 kilometro. Yo aquí sigo igual, tipi-tapa, bastante despacio, no lo voy a negar, pero al menos sin pararme. Un fotógrafo recoge el momento donde me pasa un corredor y que, viendo el resto de fotos, me deja ya el quinto por la cola, aunque yo en carrera no lo se, claro está, y cada vez que me pasa uno pienso: "¿será el último?".
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Ya solo quedan 4 por adelantarme 😅 (Auntzaldapa km 3,3 - fot. Imanol) |
Aunque las piernas ya no dan para mucho, de caja voy bastante bien, así que vamos hablando y comentando la jugada. El límite de tiempo era 1h30', así que le pregunto si cree que me va a tener que retirar, porque claro, si sales al principio, aunque sea ese el límite, realmente tienes mucho más tiempo. Yo en cambio, al estar ya con el coche escoba, tengo el límite marcado. Me tranquiliza que no, que tal y como voy, justo pero llego en hora. Por el senderillo este también me empiezo a encontrar con gente que a acabado, o que ha visto a los que quería ver, y estan de vuelta al pueblo. Todos animan, aunque lo de ser yo el único en dirección contraria no anima mucho 😋
Venga, leñe, que esto está hecho. El escoba me informa que ahora hay un murete de subir a cuatro patas, luego un pequeño rampón, y ya se llega a la parte de arriba del Beriain, que es medio llano. El murete en efecto llega enseguida, es una pequeña escarpadura para salir del bosquecillo y entrar en la meseta de cesped que es la cima del monte. Hay que ir agarrando piedras con las manos para ayudarse a subir y, con los bastones, es un poco dificultuso. Tras el muro, viene una zona con mucha pendiente pero ya por cesped. Esta parte ya es con todo niebla alrededor, pero no es tan densa como para evitar ver como Alberto y Emilio pasan por arriba tras haber acabado hace ya un rato 😂 Le ha debido alcanzar Emilio a Alberto y han hecho la última parte juntos. Me informan que no me queda nada pero que ellos se bajan ya que se estaban quedando pajaritos y que por la ermita andaba Rubén. Pues venga, ¡luego estamos!
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Último esfuerzo antes del descansillo final (fot. Luis) |
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¡¡Alegría!! Última cuesta antes de la ermita de San Donato, yo con el coche |
Entrando en el reino de los cielos, alabado sea San Donato 😄 (fot. Aritz) |
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De luxe, buen avituallamiento y mejor compañía |
Resultados (sobre 5 km):
Conclusiones de la carrera tampoco tengo muchas que sacar. Nunca se me han dado bien los kilómetros verticales y, si encimo vengo entrenando lo justo (Jesusito de mi vida, cógeme confesado para la Hiru Haundiak), pues 2 + 2 son 4. Eso si, lo de hoy puedo calificar como un entrenamiento de calidad, calidad superior 👌 Como dije antes, seguramente vuelva a hacerla, soy así de masoca.
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