sábado, 14 de octubre de 2023

XXIII Hiru Haundiak

Murgia - Araia (14/10/2023)

Bueno, señoras y señores, aquí estamos de nuevo en la Hiru Haundiak, la prueba de larga distancia por antonomasia del País Vasco. La deseada por todos los mendizales, en todos los sentidos, deseada de hacer, por supuesto de acabar, y desde hace unas cuantas ediciones, ya muchos se quedan contentos con conseguir dorsal. Porque aunque si es cierto que tras el BUM que ya venía de antes de la pandemia y que tras las pandemia explotó, que se nata en algunas carreras que incluso han desaparecido, hay ciertas pruebas en las que eso no se ha notado y cuyos dorsales siguen estando caros de conseguir, siendo esta una de ellas. Este año ha estado especialmente complicado y así, de nuestro grupete de carreras, el Koldo Taldea, hemos conseguido dorsal Emilio, Mikel y yo (¡demasiada suerte hemos tenido!), pero no así Alberto 😟 Una pena, porque además Alberto se había preparado a fondo con la esperanza de entrar desde la lista de espera o con un cambio de dorsal de última hora con Mikel, que venía lesionado y finalmente no ha podido realizarla.

Yo este año la verdad es que tampoco me habría apenado mucho si no me toca dorsal jaja pero ya que lo tengo, no lo voy a desaprovechar 😋 Tengo además la espinita de hace dos años, la retirada mental más que física, y este año llegaré a meta seguro, aunque sea a rastras. Eso es lo que me llevo diciendo las últimas semanas, porque la fecha lo cierto es que se me ha echado un poco encima y entre un pinchazo que tuve en un muslo y que llevo una temporada que sacar tiempo para correr me cuesta infinito, pues eso, que ya estoy poniendo la tirita... pero no miento si digo que es el año que peor preparado voy, y ya es decir porque hace dos años dejé el listón bastante bajo. Pero bueno, dejemos ya de llorar y vamos al lio.

Como es habitual desde que sale de Murgia, la logística la tengo bastante fácil. El día anterior me pasé a por el dorsal, coincidiendo con Emilio, Iker e Izaskun, con los que estuvimos un rato hablando. Emilio es su primera Hiru Haundiak y además su primera carrera de tan larga distancia. Ha hecho los Montes de Vitoria, pero esto ya es otro nivel, con su noche y demás, y por tanto es normal. Pero bueno, va preparadísimo, Alberto y el han hecho un entreno fetén así que ya le comento que lo mejor que puede hacer es no perder el tiempo saliendo conmigo 😂 Quería hacer la noche, o al menos el Gorbea, de primeras conmigo, pero no se lo recomiendo... se iba a aburrir a mi ritmo 😁 No, en serio, está claro que no es bueno ir al ritmo de alguien que va más rápido que tú, pero al de alguien que va mucho más lento tampoco. Iker por su parte me habla de tiempos que también se me quedan algo lejos... aunque comenta que viene de un gripazo que igual le hace, valga la redundancia, gripar por el camino, e Izaskun es más de mis objetivos, pero bueno, ya se irá viendo. Yo la verdad es que este año casi prefiero ir a mi bola y que el camino me marque los ritmos... Y eso, que me he ido por los cerros de Úbeda, el jueves recogí el dorsal y el viernes ya sin prisa (me he cogido el día libre y todo), vamos toda la familia a la casa de la cuñada en Murgia.

La verdad es que es un lujo tener esa opción. Paso la tarde tranquilo, con las peques jugando con las primas y yo en el sofá con la única preocupación de preparar las mochilas. Luego cena puesta de pasta y pollo y ale, a esperar que se acerque la hora de la salida, que no lo he dicho aún por ser esta una carrera muy manida en mi blog, pero es a las 12 de la noche del viernes al sábado. 24 horas de límite de tiempo (espero que menos en mi recorrido) y 101 kilómetros por delante que nos llevarán de Murgia a Araia pasando por el Gorbea, Anboto y Aizkorri, los tres grandes, las cimas más emblemáticas de las provincias vascas.


Los minutos previos, pese a haber hecho ya unas cuantas veces esta carrera, siempre son de nervios. ¿Me dejaré algo? ¿Voy bien con esta ropa? ¿Dónde están los conocidos que también van a hacer la carrera? Vamos por partes pues. El día La noche no se ha quedado mala, pero claro, una cosa es en Murgia y otra en el Gorbea... estamos además en octubre, por lo que tampoco es cuestión de ir a la fresca, así que voy con mi camiseta térmica y unos manguitos que son un fijo casi en cualquier época del año. El chubasquero por ahora a la mochila. El resto de ropa, pues la de rigor de toda carrera más los bastones y el frontal en la cabeza. En la mochila llevo algún que otro gel y barrita energética, además de unas gomis energéticas más a mano en la malla. Por supuesto, también llevo frontal de repuesto, que este año espero no necesitar. Por si las moscas, y con la experiencia de hace dos años, en la bolsa de Landa he metido unas pilas de repuesto además de la ropa de recambio y algo de comida. Pues nada, en ese sentido, la suerte ya está echada. Ahora a buscar a la gente.

Tras varias llamadas cruzadas entre todos de no te cojo, ahora no me coges, donde estás que no te veo... nos conseguimos juntar todos en la salida. Por un lado están Iker, Izaskun y el Litri, que no se pierde una, y por otro Emilio que ha venido acompañado de su familia. Ya agrupado con la gente de la carrera me despido de Junkal y las peques y toca la larga espera hasta la salida. Confirmamos un poco lo hablado anteriormente. Litri e Iker van a salir por delante. El Litri sobre todo va bastante motivado, así que nada, uno al que seguramente no vea hasta, si acaso, Araia. Izaskun quiere ir andando en su mayor parte y Emilio con sus dudas, al final decide acertadamente salir con los de delante. Yo en principio salgo con Izaskun, pero al menos al principio que es bastante llano, intención de trotar algo ya tengo.

Así que nada, ya está la salida a puntito: agradecimientos de la organización, musicota, cuenta atrás y todos a la carrera. A Emilio, Litri e Iker les veo salir uno para cada lado, adelantando peña ya que nos hemos puesto bastante atrás, por el medio pero parte trasera de la mitad, así que no se yo si se arrejuntarán o irán cada uno a su bola. Yo me quedo junto a Izas tranquilito por la parte izquierda donde se supone está la familia, al quite para una última despedida que conseguimos hacer. Este año Alize no se ha quedado llorando, pero si algo triste, no le gusta que corra por la noche 😊 Pero bueno, vayamos al lío.

La salida de Murgia es prácticamente andando, hay mucha gente y vamos todos taponados. Antes de salir del pueblo veo a otro conocido animando, Mon, con el que hace tiempo que no coincido en carrera. Y nada, como he dicho antes, al lío. Una vez dejamos las calles del pueblo y cogemos carretera ancha el pelotón se va estirando y permitiendo coger ritmo. Le comento a Izas de trotar un rato, por lo menos hasta que empiece a coger más desnivel el camino, y así vamos un rato, pero al poco ya Izas echa el freno, prefiere andando que queda mucho, bueno mucho, ¡queda todo! 😄 Pues parece que tras 10 minutos de carrera, ya estamos yendo cada uno por nuestro lado jeje

Del kilómetro 2'5 al 3'5 el camino pica bastante para arriba y ahí de nuevo empiezo a andar, pero a paso rápido, y luego de nuevo falso llano hacia arriba que me permite de nuevo trotar. Esta primera parte voy pasando más gente de la que a mi me pasa. Acabo cogiendo el ritmo de un par de amigos que van a ratos de charleta. Van a un ritmo ligero y cómodo para mi, así que prefiero ser conservador quedándome detrás suyo. Sobre el kilómetro 6 y poco ya empieza la subida propiamente dicha del Gorbea, la que casi sin descanso ya nos llevará a la cima, y andando sigo detrás de la pareja.

Por ahora todo bien
(fot. festak.com)
Con la mitad de la subida hecha, me encuentro muy cómodo. Llega un momento que la pareja decide parar ya que debían ser un trío y al tercero de los integrantes parece que lo tenían algo perdido. Como podréis imaginar, solo no me he quedado, pero ahora voy a mi propio ritmo, intentando ir cómodo en todo momento. Llevaba además un rato viendo por delante a un corredor cuyos andares me resultaban conocidos, y en efecto, era Iker 😜 así que lo cojo de referencia para ir poco a poco acercándome a el.

¡Iker a la vista! (fot. festak.com)
Llegando más o menos a la zona de árbol bajo, antes de la zona despejada, le doy alcance y me quedo junto a el. Como esperaba me comenta que al Litri le ha perdido de vista casi antes de salir de Murgia, y a Emilio más de lo mismo. No se encuentra todo lo fino que quisiese pero por ahora aguantando bien. Los últimos kilómetros de subido los hago tirando yo, un rato detrás de uno, otro rato detrás de otro, otro yo en cabeza... Y así llegamos a la cruz del Gorbea, kilómetro 12'5, en 2h04', un tiempo muy bueno para lo que tenía yo pensado hacer, espero no me pase factura más adelante... Pero bueno, por ahora que me quiten lo bailao, el primero de los grandes finiquitado y el cuerpo con buenas sensaciones. Se ha quedado además una buena noche que ha ayudado. Fresquita por la cima pero sin demasiado frío. Aunque a ratos con la niebla y alguna racha de viento si que daba pie a ello, yo no me he llegado a poner el chubasquero.

Ahora toca la bajada. La primera parte es la más peliaguda. No es peligrosa, ya que es una bajada por todo hierba, pero si que muy dada a manchar el culo de los corredores de barro. La neblina y xirimiri hace que este muy resbaladiza pero bueno, entre los bastones y la atención extra, este año evito cualquier contacto con el suelo. Casi nada más empezar la bajada he perdido de vista a Iker y, tras finiquitar el tramo de hierba, que comienza otro tramo también con bastante desnivel pero ya por sendero de tierra, me doy por completo la vuelta para ver si llega, pero nada. Me da que ha hecho alguna parada técnica, porque no he bajado tan rápido como para sacarle tanta ventaja, así que decido tirar para adelante suave y, si me pilla, pues perfecto.

Hasta el kilómetro 17 la bajada es un sálvese quien pueda. Hay un sendero principal, de tierra, barro y piedras, con sub-senderos que pilla cada corredor según le convenga o pueda. Es bajada muy pronunciada por superficie que puede dar algún susto, así que me lo tomo con tranquilidad, que ya ha habido algún año que he dado con mis huesos en el suelo por esta zona. Tras esa primera parte de bajada técnica se llega a camino de tierra bueno, de los que puede ir un coche tranquilamente por ellos. Esa zona es en la que se puede trotar rápido y ganar mucho tiempo hasta el avituallamiento de Ubidea en el kilómetro 23, 6 kilómetros para no dejarse llevar por el ritmo pachanguero. Y lo cierto es que no voy mal, a trote con varios grupetos alrededor con los que mantengo las distancias... hasta el kilómetro 19 más o menos. En este punto empiezo a tener ciertas molestias estomacales que me llevan a tener que bajar el ritmo. ¡Joder! Esto es un deja-vú de la primera edición... Al final, tras 1 kilómetro de retortijones intermitentes, decido hacer parada técnica en un apartado del bosque. Gente, ya lo he comentado alguna vez, pero un paquete de clinex es algo imprescindible en la mochila para un ultra-trail 😅

Tras la paradiña, ya con el cuerpo algo mejor, pongo rumbo a Ubidea, el primero de los avituallamientos, líquido, donde espero poder tomar algo de caldo o coca-cola. Son 3 kilómetros sin pena ni gloria donde, a ratos, intento trotar en la medida de lo posible. Aún estoy recuperando el cuerpo. Llego a ese avituallamiento con más de 3h y media de reloj. He bajado algo el ritmo respecto a mi espectacular subida al Gorbea y, por cierto, ni rastro de Iker, que si no me ha pillado habiendo hecho parada en boxes, a no ser que me haya pasado en ese rato, que lo dudo ya que no he hecho un tiempo a la altura de Ferrari, me parece a mi que ya si lo veo es en meta.

Una coca-cola para asentar...
para asentarme en un roca 😂
(fot. festak.com)
En Ubidea no pierdo mucho tiempo, apenas rellenar un botellín, comer una gomi y a falta de caldo un vaso de coca-cola para asentar el estómago. Tras salir del pueblo por la carretera hay un buen repecho y luego ya camino "fácil" hasta Otxandio donde hay de todo para intentar poner el cuerpo en orden. La cuesta, pues tipi-tapa. Este año me estoy apañando muy bien para subir con la ayuda de los bastones. A falta de piernas, buenos son brazos, y no me estoy quedando clavado en ninguna subida. Así que tranquilito pero sin pausa, a ritmo decente o al menos aparentemente ya que apenas me pasa nadie, hago la tachuela y ya solo queda una bajada un poco más técnica y el resto falso llano hasta Otxandio. ¡Vamos allá!

Tipi-tapa, tipi-tapa, de paseo por el bosque (fot. festak.com)
Bueno, pues no he completado de bajar la "tachuela"... que vuelven los retortijones, ¡noooooooo! Esta vez no me lo pienso durante un kilómetro como hace algo menos de 1 hora, me voy directo a un apartado tras unos troncos talados y ale. Zona por cierto con bien de bichos, se hace algo incómodo (mejor dicho, más incómodo aún) con el frontal atrayendo a todos hacia mi cara... Pero bueno, ahora si creo que ya no me ha quedado nada dentro que me pueda ocasionar más problemas. Voy a llegar limpito para llenar el depósito en Otxandio, que está ya a un paso, pero a donde hay que llegar. Son unos 3 kilómetros de sensaciones encontradas. Ahora tengo el cuerpo bien pero sin fuelle, así que nada, a quemar kilómetros como bien puedo.

Llego a Otxandio, kilómetro 28 de carrera, en 4h24'. Me tiro algo más de 10' comiendo algo de embutido y fruta y, sobre todo, bebiendo caldo. Aprovechando que tengo el caldo para pasarla por la garganta, como también algo de barrita, hay que echar gasolina al cuerpo. Me da tiempo a ver al que creo que es Alex ya saliendo de Otxandio, no me ha dado tiempo a verle bien ya que la verdad he estado muy en mi mundo... y poco después, y con no muchas ganas, continuo yo también el camino. Ahora toca un tramo de subida tendida de algo más de 5,5 kilómetros camino a Urkiola. La primera parte es muy tendida que da incluso para trotar. Por aquí paso a dos corredores hablando en un lateral y, de nuevo, creo que es Alex 😅Bueno, no estoy yo como para dar la vuelta a comprobarlo, así que sigo para adelante (más tarde me confirmaría Alber que efectivamente era Alex y parece ser que en ese punto se dio la vuelta por problemas estomacales). Kilómetro a kilómetro me voy sintiendo mejor y, eso si, andando, voy cogiendo un buen ritmo que me permite incluso pasar a algún que otro corredor. Lo cierto es que casi todos los que veo son conocidos del camino a Otxandio. Al haber hecho tanta paradita me ha dado tiempo a cruzarme con varios corredores que iban a mi ritmo o algo más lentos: les pasaba, paraba y me pasaban, les volvía a pasar... 

Este tramo lo hago bastante a gusto y lo dicho, a ritmo decente. Por aquí eso si hay momentos de nieblina y xirimiri, pero poca cosa, viene hasta bien para ir bien refrigerado. Por aquí, ya en la parte final del tramo hasta el avituallamiento, que pica hacia abajo, me cruzo con un conocido y habitual de estas carreras, Roberto. Me reconoce el, ya que yo entre la luz de los frontales y que va bien tapado, se me había pasado por completo. Esta vez a venido de aficionado, estaba yendo en sentido contrario para encontrarse con una amiga que está haciendo la carrera y a la que tiene pensado acompañar. Como estoy ya cerca del avituallamiento, me acompaña ese cachito. Se agradece 😉 Qué ánimos tiene Roberto, porque con el día que hace y a esas horas... difícilmente me vería alguien por ahí si no es haciendo la carrera 😅

Ese Rober, cómo mola; se merece, una ola...
¡oooeeeee! (fot. festak.com)
Pues nada, ya estamos en Urkiola, kilómetro 36, y llevo ya casi 6 horas de carrera, 5h50'. Bueno, aún queda noche y, antes de acabarla, un duro escollo por delante, el Anboto. Siendo el más bajo de los tres grandes, es el qué más duro se le hace a la gente, a mi incluido. Es una subida muy empinada por sendero estrecho de tierra, raíces y piedras resbaladizas, con su respectiva bajada por el mismo sitio... que la hace aún más estresante. Por un lado, la subida es dura, pero vas metido en una fila india que te obliga a continuar o salirte y pararte, rompiéndote aún más el ritmo. Si vas bien, pues lo mejor es tomárselo con calma y seguir el ritmo del de delante, ya que adelantar es una opción muy complicada. La bajada es peor, porque los resbalones están a la orden del día y caerse ahí entre todo piedras y su buena caída en uno de los laterales... da miedito. Se tarda casi lo mismo en bajar que en subir...

Pero bueno, tampoco nos adelantemos, antes de empezar el Anboto aún queda un buen tramo en subida su mayor parte, aunque lo cierto es que las subidas tendidas no se me están dando mal esta noche. Hay además un descansillo en mitad donde aprovecho a recargar algo de pilas con un trozo de barrita y un gel que espero me haga más llevadero el segundo de los grandes. Por la zona del Anboto suele haber mucha animación, supongo que quedará cerca de alguna carretera. Más de un año me he encontrado con grupos de jóvenes de gaupasa animando con el ánimo muy encendido. Este año no podía ser menos y antes de empezar el sendero de subida propiamente dicho hay un grupeto con ánimos muy graciosos: "¡Vamos, más rápido, que ya ha pasado mucha gente! ¡Que subís menos que el kalimotxo!" 😂 Pues nos tendríais que ver en plena subida... ¡Allá vamos!

Este año no me voy a detener mucho en esta subida y bajada. La hago en su mayor parte detrás de otro corredor. Va a un ritmo que si bien al principio se me hacía cómodo, en la parte final se me hace muy duro, hasta que finalmente tengo que descolgarme. Lo cierto es que hemos empezado la subida un buen grupo detrás de este corredor y, cuando me he descolgado, apenas quedábamos 4, así que la subida la hemos hecho bastante rápida, bueno, yo la parte final no tanto 😝 Tras descolgarme tengo que ir un rato a ritmo pisa huevos para recuperar el aliento y hacer ya la parte final sin dar pena. La bajada, pues con cuidado. Excepto algún kamikaze la mayoría vamos mirando bien donde ponemos los pies. Más o menos han sido 25' para subir y otros 25' para bajar. Por cierto que justo en la parte final de la bajada me cruzo con Iker e Izaskun, que ya han empezado el vía crucis. ¡Pues mucho ánimo y nos vemos en la meta!

Tras el Anboto hay un tramito de falsos llanos que, aún no siendo muy cómodo, sabe a gloria. Quitarse el Anboto es quitarse un gran peso de encima de cara a finiquitar la carrera, pero sin confiarse, que aún queda muuuucho, más de la mitad... En el avituallamiento de Zabalandi paro lo justo para rellenar los bidones y beber algo de coca-cola. Kilómetro 43'3 y 7h50'. Casi de seguido empezará el Orixol, el cuarto grande de la carrera, y normalmente es tras acabar de subir este monte cuando se me hace de día y puedo guardar el frontal. Este año me da que voy un tanto retrasado respecto a otros años (sin contar la última edición...) y que se me hará de día en medio de la subida. Bueno, lo importante es que tras el momento 💩💩 que he pasado, he recuperado el cuerpo y no me encuentro ni tan mal, habiendo pasado ya el Anboto. Así que manos a la obra.

Esta subida la hago en solitario, cruzándome con algún corredor, unos pasándome y otros (menos) pasándoles yo, pero a mi ritmo. Por aquí coincido con un equipo de la cruz roja que van al encuentro de un corredor que se ha caído en la subida y parece que tiene algo no se si roto, pero que le impide andar. Y es que hay parte en esta subida, curiosamente al principio, con mucha piedra y que pueden hacer que un mal paso acabe en un buen golpe. Efectivamente ahí me lo encuentro, acompañado, y bueno, parece que grabe no estaba, otra cosa es que pudiese o no andar... Yo continuo y, tras la primera parte de piedra, llego a la zona de piedra, tierra y bosque. Paso por donde hace dos años me tuve que sentar a casi vomitar y donde ahí sentado me vieron Iker y el Litri. ¡Lo recuerdo como si fuera hoy mismo! Esta vez no hago paradiña y sigo adelante. Como en el Anboto, la parte final se me ha hecho durilla y me he arrejuntado con un grupeto de gente que me ha dado alcance y con los que, ya de día, empiezo la bajada.

La primera parte de la bajada es muy pedregosa y entre mucho árbol por lo que, aunque ya ha amanecido, mantengo el frontal encendido ya que aún es bastante sombrío. Pero enseguida se sale a una zona despejada por donde se hace la mayor parte de la bajada por sendero de tierra y, antes de empezarla, aprovecho a guardar el frontal y liberar la mente 😜 La bajada es larga e intento mantener el ritmo de la gente, a trote todo el rato, ¡por supuesto! La bajada gorda propiamente dicho acaba en una carretera de asfalto. Esta zona es de falsos llanos, principalmente para abajo, pero alguno hay que pica hacia arriba y a estas alturas de la carrera la sensibilidad a las cuestas es mayor que la del nivel de un carpintero. Hay algo menos de 1 kilómetro para llegar al avituallamiento de Kurtzeta que hago a trote salvo algún tramillo andando para soltar piernas. Este avituallamiento está prácticamente en la mitad de la carrera, kilómetro 50'9, y llevo 9 horas y 25 minutos... Juju tiene pinta de que me voy a ir a más de 20 horas 😅

En este avituallamiento recargo líquidos y aprovecho a beber algo de coca-cola y comer algo de fruta principalmente. Me lo tomo con calma para recuperar algo de fuerzas, que ya se lo que me espera ahora... el Jarindo, que la edición pasada fue el que me acabó de rematar, pero tras un rato toca ponerse en marcha. Ahora todavía tengo por delante 2'5 kilómetros cómodos, cuesta abajo en su mayoría y por camino ancho de tierra compacta. Pero tras esos 2'5 kilómetros, hay un senderito de tierra que hay que coger y donde empieza el tema serio. Son más o menos 2 kilómetros de subida pero de tendida nada, es de las cuestas que te desloman, menos mal los bastones... pero tipi-tapa, este año sin pararme, me la quito de encima en algo más de 20' 💪 Ahora si, por delante solo queda un tramo de subi-bajas bastante asequibles y la bajada gorda hasta el avituallamiento de Landa, el segundo de los avituallamientos completos, ¡el tercero es la meta!

En la última edición movieron este avituallamiento del parking de la entrada a una zona como un kilómetro o más dentro del parque, así que haciendo la bajada final, pedregosa y con bien de pendiente que me está dejando los pies para el arrastre, voy pensando en ese tramo nada agradecido. Que agradable sorpresa cuando en la parte final, tras cruzar un mini túnel y donde ya empieza a verse bien de gente animando, veo unas carpas que me iluminan los ojos. ¡Han vuelto a poner el avituallamiento en el parking! ¡Sabia decisión! 😍 Los últimos metros, entre mucho público animando, entre los que está Mon 😉 voy con una sonrisita pensando en los macarrones que me voy a meter para el cuerpo.

Tras coger la bolsa de recambio me cojo un sitio cerca de la salida antes de ir a por la comida. Resulta que al estar el sitio tan cerca de la salida, el control de chip marca el mío, así que según los tiempos, mi paso por Landa ha sido más que fugaz 😂 Esto llevo a cierta confusión a Junkal y los que me seguían por la aplicación jeje No sabían si iba tan bien que ni había parado o es que me estaba retirando... En el de Otxandio me pasó algo similar al estar la zona del caldo al final y, al soltar piernas mientras me lo tomaba, pues también me marcó la salida antes de tiempo. Lo cierto es que en Landa me he quedado casi media hora. Un plato de macarrones de primero y un pintxo de tortilla de segundo, todo ello aderezado con caldo. Aprovecho también a cambiarme de camiseta y de calcetines, el resto del equipaje lo mantengo igual. Lo de los calcetines no se si ha sido buena idea, porque este año me había puesto unas compid en todas las zonas susceptibles de ampollas y, al quitarme los calcetines, me las he tenido que arrancar ya que se habían quedado pegoteadas, y bueno, me ha dejado los pies todo "blandurrios". Miedo me da... aún así me pongo otras compid y ya solo queda cruzar dedos para que no salgan ampollas.

Salgo de Landa, kilómetro 60'5, con 11h36' en las piernas y una gorra en la cabeza porque según está avanzando la mañana el sol tiene pinta de que va a apretar fuerte. De hecho ya pega bien... Además ahora es por zona de poca sombra y empinada de narices, para bajar la comida, lo tienen todo pensado. En esta primera subida tras Landa coincido con varios corredores, uno de ellos con el que ya me saludo y comento la carrera, lo llevó viendo desde el Jarindo. Cuando pica mucho para arriba me pasa, cuando pica poco o es cuesta abajo, le paso yo, así es nuestra vida. Ya en la bajada sin embargo que acomodo con el ritmo de otros dos corredores, uno de ellos es acompañante que no está en la carrera y van además con un perrico, que da pie a conversar. Les comento sobre el agua, que lo va a pasar mal. Y es que yo con el litro que llevaba cargado me he quedado casi a 0, así que no quiero ni pensar el pobre. Yo además he sido un poco pichón, porque sabiendo que tras la subida había avituallamiento cerca, me he bebido casi todo y aún queda tramo, de bajada... y de subida, que es lo que no había tenido en cuenta. Comentando esto el acompañante muy majo me ofrece de su agua, pero no, en principio creo que aguantaré 😊 Así llegamos a Albiturri, kilómetro 67 y 12h55'.

Aquí charleta con los voluntarios, bien de agua y coca-cola para el cuerpo, algo de fruta, rellenar bidones y al ataque. A los compis del perro los he perdido de vista, seguramente habrán marchado ya, pero salgo justo junto al otro conocido, con el que llevo coincidiendo desde el Jarindo. Ahora al principio pica para arriba, pero nada, hay hasta alguna bajadita o falso llano, peeeero, enseguida llega el muro de Urdingain. Un cuestón entre helechos que nos deja en una antena repetidora. En esta subida parece que hay un portal a otra dimensión, hemos pasado de un día soleado y estar achicharrándonos a uno nublado y en el que hace hasta frío. Bueno, yo lo agradezco, para mi el sol no ha sido nunca un buen compañero de fatigas.

Pues amigos, ya nos estamos acercando a una de las zonas con peor fama de esta carrera, los famosos molinos. La mala fama se la llevan por ser un terreno un tanto monótono y con continuas subidas y bajadas. No es tan llano como parece viéndolo desde Vitoria en el horizonte... Pero bueno, aún queda un tramo que es incluso cómodo, ya que es tendido hacia abajo durante gran parte, pero los gigantes ya están a la vista. Esta parte la hago con un padre y su hijo con los que me he juntado tras la antena repetidora. El padre comenta que el esta carrera la hace andando al 100% por tema rodillas, pero menuda marcheta lleva. Al final llega un momento, en la subida que da inicio a los molinos, que prefiero ir a mi ritmo, ya que en las bajadas me veo más rápido y luego en las subidas me llevan con el gancho 😅

Esto es bajada, por lo que padre e hijo van por detrás 😜
(fot. festak.com)
A partir de ahí, en los aproximadamente 10 kilómetros de molinos, me los cruzaré continuamente. Bajando les paso, subiendo me pasan... un ciclo interminable 😂 Me sorprendo a mi mismo, voy a paso decente, más rápido que las tortugas, y sin mucho sufrimiento. Bajo a trote y subo andando, pero a buen ritmo. La bajada es la que se me está haciendo más cuesta arriba, que paradójico 😝 y es que los pies me están empezando a dar bastantes problemas. Por un lado, noto que alguna ampolla ya ha hecho presencia, pero bueno, eso es pasable, lo que me está limitando realmente son las uñas. Si la pendiente se pone cuesta abajo más de la cuenta... veo las estrellas. No puedo acelerar ya que las piernas no me dan para ello, y si me freno es peor. ¡¡Dadme subidas!! Jaja no, mejor llanos... 😋 Por aquí también hago otros compañeros de cruce, un grupo de 4 chavales jovencetes. Hay 3 que van sobrados, otro que parece va tocado del tobillo y van esperando. Van más a tirones que una vespa, seguramente por el tema del integrante lesionado, y por ello me los cruzo cada dos por tres. Y nada, con un avituallamiento intermedio incluido y toda esta historia que he comentado, acabo el molino 78, último de ellos, en el kilómetro 82'8 con 16 horas y 5 minutos en las piernas.

Dominguero un sábado cualquiera viendo molinos
(fot.festak.com)
Tras los molinos no está todo hecho, no no no... Ahora toca un tramo con continuos subi-bajas, pero subi-bajas de los duros, no de esos que te vas quitando con la inercia, si no de tirar de riñones y bastones. Y este tramo nos dejará en las campas de Urbia, frente al último de los grandes, que parece que ya nos habíamos olvidado que quedaba uno... Son, a grandes rasgos, 4 repechos duros con sus respectivas bajadas. Sigo con la metodología seguida hasta ahora: andar a buen paso en la cuesta arriba, trotar como bien puedo en la cuesta abajo. Y no lo estoy haciendo mal porque, excepto con el grupo de chavales que esos siguen a su ritmo de tirones, lo que hace que me sigan adelantando y siendo adelantados cuando esperan al compi, principalmente paso corredores. Sin fliparme, porque se pueden contar con los dedos de las manos 😂 pero bueno, eso levanta el ánimo.

Este es un terreno de transición y así hemos pasado de una zona de pradera y matorral bajo a boscosa. A su vez, hemos pasado de un día fresco y nublado a uno frío y lluvioso, porque si, la lluvia está empezando a hacer acto de presencia. No es una lluvia fuerte, pero te va dejando calado y, aunque el cuerpo está en marcha y produciendo calor, la humedad va calando hasta los huesos. Intento comer algo de barrita de esas que llevo y nunca echo mano para mantener las reservas energéticas y, no se si eso unido al frío, hace que no empiece a tener muy buenas sensaciones, no de piernas, que eso en principio llevo toda la jornada bastante a gusto, si no de cuerpo. Me vienen unas sensaciones de nauseas, esto no es nuevo para mi... hace 2 años me pasó algo similar, e igual que hace 2 años finalmente me tengo que salir del camino a dar arcadas. Apenas echo algo de agua, los trozos de barrita y un trozo de plátano que venía conmigo desde los molinos 😅 Me he quedado desfondado y destemplado con un sudor frío de esos que dan tras lo que acabo de hacer, potar, pero al menos también me he quitado las nauseas. Durante mi parada en boxes un par de corredores se han parado un rato a ver que tal estoy y me recomienda uno de ellos que me abrigue algo, que las náuseas seguro han sido por haber cogido algo de frío con estos cambios de temperatura. Les hago caso y, ya con el chubas puesto, arranco de nuevo poco a poco.

El chubasquero me viene de lujo. Con o sin consejo me lo habría terminado poniendo, porque tras salir de la zona boscosa, por las campas de Urbia, hace un frío de tres pares de narices. Cuchas hasta arriba, buff tapando cara y lo que echo de menos son unos guantes, se me están quedando las manos congeladas. En Lazkaolatza, kilómetro 87'6, llevo 17h22'. Agua, coca-cola, fruta y al lío. Desde el incidente hasta el avituallamiento me ha dado tiempo a recuperar el cuerpo, ya no soy un despojo humano en plan zombi y he vuelto a recuperar las sensaciones de andar a buen ritmo. Ahora toca bajar un tramo y el Aizkorri. Una putada gorda es que no para de llover, no mucho, pero todo a quedado mojado y no tanto la subida, que también, la bajada va a ser divertida... Y yo encima voy con cada vez más pies muñones. Aaaaayyy, que triste es mi vida (de corredor).

Pues eso, que ahora hay un tramo de bajada y, saliéndome del camino para ir por el mullidito césped, que para mis pies es gloria, me permito el lujo de ir trotando, con lo que llego a pasar a los dos corredores samaritanos que se preocuparon por mi tras las náuseas además de algún otro corredor y... como no, enlazar con el grupo de chavales 😁 justo antes de comenzar la subida. En este grupo las cosas no han cambiado, el que va tocado va cerrando el grupo mientras los otros tres le van sacando cierta ventaja según la cuesta es más cuesta arriba. Pero oye, no le veo mal ritmo al chaval y yo detrás de el que me quedo.

Esta subida es todo tierra y piedra, desde prácticamente empezarla en las campas. La lluvia nos está dando un respiro pero como he dicho antes, el mal ya está hecho y ahora la subida es de barro con piedras resbaladizas. Aún así, la primera parte está asequible, ya que tiene "escalones" muy marcados que permiten afianzar los pasos. La última ya es otra historia... Todo piedras, sin nada donde clavar los bastones y con los pies como muñones, no me queda otra que ir a paso de burra, descolgándome del chaval y siendo además rebasado por unos cuantos más, los que pasé en la bajada previa y yo creo que algún otro 😝 Bueno, prisa ya no hay, aunque si que tengo en mente una cosa: ¿llegaré de día o de noche? La cima del Aizkorri, kilómetro 91'9, voy con 18h24'. Quedan poco menos de 10 kilómetros, casi todo en bajada, peeeeero... con bien de piedra mojada, lo que va a retrasarme mucho. Mi apuesta es que NO voy a llegar de día 😩

Empiezo la bajada con el grupo de chavales 😂 han hecho reagrupamiento y descansado un poco y nada, que parece que me estaban esperando a mi. Ya comenta uno que ya solo falta que nos encontremos en el bar donde van a cenar 😂😂 Pero bueno, con ellos solo voy un poco porque lo dicho, la cosa se empieza a complicar con las piedras mojadas y, aunque al principio intento mantener el tipo, finalmente tengo que reducir el ritmo porque con los pies que llevo, viendo las estrellas en cada paso, lo único que puedo conseguir forzando es partirme la crisma. Sin embargo, poco a poco las piedras van quedando atrás y voy llegando a una zona boscosa algo más corrible donde empiezo a trotar. Por aquí me sigue pasando más de un corredor, pero yo a su vez voy dando alcance a algún otro, llegando así junto a una pareja de corredores justo en el momento que comenzaba un pequeño repecho que hay en mitad de la bajada, por lo que decido hacerlo con ellos y ya, viendo que voy relativamente cómodo y hacen además buena compañía, quedarme también el resto de la bajada.

Mientras bajábamos la lluvia ha hecho de nuevo presencia (cosa que hará intermitentemente hasta casi meta), por lo que vamos todos con la capucha y bien tapados. Es por ello que no caigo en la cuenta de que el integrante masculino de la pareja es Mikel Aingeru, un habitual de estas carreras con el que ya he coincidido en otras ocasiones y vamos, hasta casi meta 🙈 y eso que vamos hablando entre nosotros tan panchos. Ellos tienen las mismas dudas que yo, ¿llegarán de día o de noche? Poco a poco esas dudas se nos disipan, o bueno, al menos la de si tendremos que usar o no el frontal de nuevo. Entre el día gris que se ha quedado y que empezamos a meternos en zonas de bosque cerrado, aún quedan unos cuantos kilómetros a meta y ya tenemos que echar mano del frontal.

Esta última parte la hacemos los tres un tanto bajos de moral, sobre todo Mikel y yo... Es nuestra quinta edición, de los dos, y llevamos unas penurias encima que la eterna pregunta que surge a lo largo de estas pruebas, la de "¿Qué hacemos aquí?", se retroalimenta. Mikel tiene decidido que esta es su última edición, yo también comento que hay muchas opciones que así sea, y lo que tengo claro es que tras esta prueba voy a tomarme unas largas "vacaciones" del running. Pero bueno, esto es como lo de ir al supermercado con hambre, no se debe hacer porque acabas comprando cosas innecesarias. Tomar decisiones en medio de una carrera es algo que tampoco se debe hacer. Cualquier decisión tomada en carrera o justo después tiene muchas opciones de ser posteriormente revocada 😆

Dicho esto, los últimos kilómetros es que se me hacen eternos. De noche, lloviendo a ratos, con barro, piedras y ramas, cansados, los pies como muñones... Por favor, quiero llegar ya a meta 😭 Tenemos todos los elementos en contra, hasta unas vacas se han propuesto ponérnoslo difícil y nos hacen una barricada en el bosque bloqueándonos el camino. Es una vaca y su ternero, lo que da cierto respeto a la hora de pasar al lado... Aintzine y yo pasamos por un lateral saliéndonos un cacho del camino para dejar distancia, Mikel sin embargo decide pasar por el otro lado junto a ellas por el camino. La vaca, al vernos a unos por un lado y otro por el otro no se lo toma muy bien, Mikel además está pasando junto al ternero... pues hace un amago de embestirlo que ya nos temíamos lo peor 😱 Pero nada, no pasa nada, de hecho nos sirve para acelerar un poco el ritmo durante un rato casi sin darnos cuenta jaja

Y así, dejando atrás un avituallamiento líquido en el que ni paramos, llegamos a la parte final, la Cuesta de las Vagonetas que le llaman. Bajada con tierra y piedras, que de día y seca se hace a toda leche pero que de noche y mojada, pues cambia mucho el asunto. Tengo un par de tropiezos que por poco me hacen dar con los huesos en el suelo, y es que a la "dificultad" del camino se une que mis pies en cada zancada apenas se levantan un par de centímetros del suelo. Ya con las luces de Araia a la vista se empieza a ver a más gente animando que se ha acercado desde el pueblo. En estas que estamos ya casi llegando a la entrada del pueblo pero aún por el bosque y se oye a un grupo de gente animando, con sus aplausos y demás. Dice Aintzine: "Ahí está mi novio". Suponemos que ha quedado con el ahí, pero no, el tema es que lo conoce por sus aplausos 😅 Nos cuenta que tiene una forma peculiar de aplaudir y, en efecto, ahí está su pareja 😄

La pareja de Aintzine se viene con nosotros, pero en seguida entramos en el pueblo y nos separamos. Desde que entras en Araia, camino de cemento y casas, hasta meta, hay lo menos 1 kilometro. Aintzine va ya con su acompañante y marcha para adelante a trote. Yo por mi parte me paro a coger el teléfono y llamo a Junkal mientras voy andando tranquilamente. Me comenta que están ya por la meta esperando, en la curva justo antes del arco. Mikel también tira para adelante, ha quedado con un amigo antes de meta, supongo que para entrar con el o lo que sea. Así que, con el trabajo hecho, aquí se separan nuestros caminos. ¿Volveremos a vernos en una de estas? Pues por mucho que hemos hablado que esta era la última... ¡seguro que sí! 😜

Tras un rato andando mientras hablaba por teléfono, y un rato más para soltar piernas, viendo que la meta tenía que estar ya cerca y que cada vez hay más gente animando, me pongo a trotar para dar el pego como si viniese fresco 😂 Los últimos metros son por zona vallada y, aún siendo las horas que son, con todo gente animando. Yo voy mirando a ver si localizo a mi familia, ¡y por poco me los paso! (de lo rápido que iba jaja). Ahí está Junkal con Eider, Alize ha preferido quedarse en Murgia con las primas, con lo que le cuesta montarse en el coche, venir a verme acabar la carrera no ha sido aliciente suficiente 😆 Veo que están también Izas e Iker con Julen y Alazne, lo que quiere decir que se han retirado... en Landa me confirmarían más tarde 😕 Y tras la parada para saludar, besitos e intentar a ver si Eider quiere entrar conmigo en meta, que no quiere, me toca hacer los últimos 10 metros a meta.

Hasta... ¿la siguiente? (fot. festak.com)
Y nada, ya está, se acabó, chim-pum. Entro en meta con un tiempo de 20h34'51", ¡tiempazo! Lo importante es acabar, ¿no? 😝 Veo que bajo el arco está Mikel, que acaba de entrar justo delante mío, y está ahí con su pareja que no se muy bien lo que hace... a ver... ¡le está pidiendo matrimonio a su pareja! Está claro que tenía que acabar jaja y con el amigo que había quedado... pues supongo que era para que le diese el anillo, ¿o lo habrá llevado toda la carrera? 😏 Bueno, está claro que esta edición la recordará toda su vida 😉 Aintzine por su parte ha entrado 5' minutos antes que nosotros, ¡joder!, ha hecho Araia a sprint. Y repasando al resto de conocidos, pues de Iker e Izaskun ya he comentado que se retiraron en Landa, el Litri también se retiró, en Albiturri, y confirmo que el que vi camino a Urkiola retirado a un lado era Alex, con problemas estomacales, y que se retiró ahí. Pero no todo son retiradas, porque tenemos a Emilio. A Emilio ya sabía yo que iba preparado a tope y lo iba a hacer bien, pero aún y todo me deja flipado con el tiempazo que ha hecho, 16h02'27" 😳 ¡Joooooder!, tiempazo, sin palabras me ha dejado. Y lo de que el mundo es un pañuelo se cumple, porque la parte final y el que entró justo detrás de el es... ¡el Rupo! Otro que tal baila, han pasado a otro nivel estos dos.

Una vez acabada la carrera, y tras preguntar si hay diploma físico, que otros años me acuerdo que daban, no así este año, me junto con Junkal y compañía. Con la emoción de la entrada en meta estaba tan feliciano, pero es sentarme en el frontón junto a meta y buffffff, se me viene toda la fatiga encima, me quedo desparramado en el suelo. Jaja yo creo que se me nota en la cara, igual hasta me ha dado blancón, pero a lo hecho pecho, y que me quiten lo bailao. Tras la retirada de hace dos años esto ya era un reto, llegar aunque sea a rastras, y así que he llegado... Y tras descansar un rato, lo cierto es que no tengo ni apetito para ir a comer nada al avituallamiento final, lo que tengo es ganas de ir a casa. Alize se queda con las primas en Murgia y nosotros nos vamos directos a casa en Vitoria, que además conduzco yo, que Junkal de noche el coche no coge, ¡qué bien! Esto me pasa por tardar tanto jaja Así que... hasta... ¡la siguiente! 

Resultados (sobre 101'6 km):
1º Julen Martinez de Estibariz Perez de Villarreal: 10:44:48 (6:21/km)
2º Alvaro Ramos Peña: 10:56:23 (6:48/km)
3º Carlos Antonio Jimenez Lozano: 11:10:13 (6:36/km)
1ª Ane Zabala Bruña: 14:30:02 (8:34/km)
2ª Aida Delgado Corchero: 15:02:12 (8:53/km)
3ª Xari Adrian Caro: 15:07:33 (8:56/km)


Resultados personales:
- Tiempo oficial: 20:34:51 (12:09/km)
- Diferencia primero: 9:50:03
- Posición general: 423/680 (+248 ret.)
- Posición masculino: 386/590

Clasificación

Conclusiones de la carrera es difícil sacar. Venía mal preparado y acabar ha sido todo un logro, así que es para estar contento, pero lo cierto es que acabar tan reventado te deja un mal regusto, como para no volver... o como para volver con más ganas jeje Aunque en carrera había tirado por la primera opción, puedo asegurar que si no es en la siguiente, a la que pueda volveré a estar por aquí 😉 Lo cierto es que físicamente, no me he encontrado mal del todo, lo peor han sido los pies, me han limitado muchísimo en las bajadas. No he querido poner foto porque da grima, pero las uñas de los dedos gordos parece que las tengo pintadas de negro, y bueno, las ampollas de los laterales son elegantes, al nivel de las de BUTS pero en los dos pies. Las compid no vuelvo a ponerme para una carrera... aquí tengo la conclusión final 😂

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