sábado, 11 de junio de 2022

XIII Los Montes de Vitoria

 Ullibarri-Jauregui - Vitoria-Gasteiz (11/06/2022)

Bueno, pues aquí estamos, en la gran prueba del año en mi calendario, Los Montes de Vitoria, prueba que no necesita presentación en este blog ya que es la 5ª vez en la que participo, 6ª si contamos la del año pasado que hicimos en la versión "por libre" Emilio, Alberto, Obi y yo. Aquí podéis ver las crónicas de esas ediciones anteriores. ¿Y este año hay alguna novedad? Pues en cuanto al recorrido en sí no hay ninguna, bueno, excepto el paso por la carretera del Puerto de Vitoria, que otros años se hacía cruzando la carretera con unos voluntarios controlando el tráfico y este se va a hacer como en la versión "por libre", cruzando por debajo de un túnel para evitar pasar por medio de la carretera. Estando señalizado esperemos no nos pase como en la versión "por libre" que acabamos en medio de un bosque en plan jabalís 😝

Vamos pues con la carrera en sí. Del Koldo Taldea este año hay mucha representación: Alberto, Emilio, Igor, Mikel, Gorka y yo. Gorka ya la ha hecho antes e, igual que otros años, este también la va a hacer en plan tranquilo con otros compañeros. Quedamos por tanto a las 5 a.m. en Mendi el resto del grupeto, desde donde salen los buses hacia Jauregui, donde es la salida. Este año, en vez de poner la organización directamente autobuses para que los cojan los corredores, ha sido necesario apuntarse pagando 6 eurillos. Bueno, merece la pena, porque ir hasta Jauregui a estas horas de la mañana por cuenta propia sería un cristo. Por Mendi ya veo algún conocido, como Rupo, que este año viene preparado para la ocasión con mochila de hidratación y todo (la edición pasada iba con un cinturón de carpintero y una botella de aquarius colgando) 😂 Y nada, como somos todos puntuales, enseguida estamos en la cola para coger uno de los primeros buses.


El viaje en autobús, pues bien, hablando un poco de las sensaciones de cada uno. Alberto y Emilio son los que mejor lo llevan, quieren hacer sobre las 9 horas, Alberto incluso bajar y, ¿por qué no?, acercarse en todo lo posible a las 8. La edición anterior podríamos haberlo hecho, eso creemos 😜 Mikel es más cauteloso y ya irá viendo según vayan pasando los kilómetros. Igor por su parte, viene a acabar la carrera, sin más objetivos. Viene de una lesión y ha entrenado lo justo. Yo por mi parte, venía con el mismo plan que Mikel. Alberto y Emilio ahora mismo están a otro nivel para mi, así que salir con ellos y los kilómetros dirán. Vengo además con un hándicap, y es que si hace 3 semanas no acabé nada mal la carrera de la catedral al Gorbea e iba con bastante buen ánimo, en estas tres semanas he pasado el COVID (mis síntomas han sido fatiga más que nada) y he tenido que estar una semana y media confinado... es decir, seguramente esté peor ahora que hace 3 semanas 😓 Así que bueno, con cautela,  principalmente para no reventar por el camino.

¡Vamos de paseooo, píiii píiiii píiiii!
En Jauregui, pues nada, cuando llegamos ya hay bien de gente, y eso que hemos cogido uno de los primeros autobuses. Por allí están ya Iker y Litri, su plan hacer sobre las 9 horas, "como yo" les digo. Buen plan de salida, luego ya veremos jaja Y nada, como la hora de la salida ya se aproxima, toca evacuar líquidos y colocarse por recta de salida ya que este año, tras el cristo de la edición pasada en la plaza, han vuelto a los orígenes. Hay novedad además, este año hay hecho varios cajones de salida. Así, según el número de dorsal que se tenga, te puedes poner en el primero, segundo o tercero. Nosotros nos miramos y tenemos dorsales de todos los colores 😄 así que ya sabemos lo que toca, nos colocamos en el último cajón y ale, a esperar la salida.

Tic, toc... ya no queda nada (fot. Festak.com)
Los cajones están delimitados por cintas, pero unos minutos poco antes de las 6, las quitan y dejan adelantarse a la gente. Nosotros como estamos al principio del tercer cajón nos adelantamos hasta la cola del segundo cajón, y ya en ese momento se da la salida. Mientras salen los primeros a la carrera, el resto vamos andando poco a poco esperando a que se estire la cosa y haya sitio para poder empezar a hacer el primer trote. Los primeros metros procuramos ponernos por un lateral y en plan zig-zag ir adelantando posiciones, ya que hay muchos grupos que aunque ya se puede trotar, aún van andando. Así, antes de acabar esta primera gran recta de casi 1 kilómetro, ya estamos más o menos colocados para poder ir al ritmo que más nos apetezca.

Ya casi 1 km. menos para meta (fot. Festak.com)
Esta primera recta pica un poco para arriba, pero nada, casi todo el mundo va a trote. Es además por camino de tierra y ancho. Tras la recta que va entre parcelas de labranza nos adentramos en zona de bosque, picando algo más para arriba pero aún por camino de tierra ancho. Seguimos a trote, y es que esto ya nos lo conocemos y sabemos que en breve nos vamos a encontrar tapón al entrar en la subida propiamente dicha al Itxogana, que es por sendero de a fila de uno. Y efectivamente, nos encontramos el tapón y la fila india para hacer la subida. Hay zonas que se puede adelantar pero como suelo decir, ¿para qué? Haces un acelerón, adelantas a dos o tres, y te quedas parado 10 metros más adelante. Nos lo tomamos por tanto con calma sin salirnos de la hilera y hacemos el primero de los montes en unos 50'. Ahora toca una pequeña bajadita y un repecho corto para quitarnos el segundo, ¡y que vayan pasando! Ya podían pasar así de rápido todos jaja Pasamos por el punto de control con 1h08' de tiempo. Este año también llevo txuleta, para hacer entre 8 y 9 horas, pero bueno, estos primeros montes, al salir tan atrás, no sirven para comparar.

Tras el Indiagana si que toca una buena bajada que nos dejará en Azaceta, donde además está el primer de los avituallamientos. Aquí Mikel se pone en cabeza y la verdad es que le da bastante zapatilla, no se puede resistir el tío, en las bajadas es que se embala 😂 Yo le cojo la senda como puedo y por detrás más de lo mismo. Emilio va detrás mío pero Alberto e Igor se quedan un poco descolgados, pero nada, en Azaceta mientras bebemos y rellenamos agua en seguida nos arrejuntamos todos.

Cuesta abajo y sin frenos
(fot. Festak.com)
De Azaceta se sale y ya de seguido se está subiendo el Arraialde, el tercero de los montes. La famosa calzada romana, que hacemos tipi-tapa porque es una buena rampa, no muy larga, pero que te pega un buen calentón en las piernas. La subida es en su mayor parte por sendero entre bosque y, tras hacer cima, hay una pequeña bajada y, de seguido, la subida al Lete. Este monte, sobre todo subiéndolo después del Arraialde, apenas es una cuesta con vistas a Berroci (de las que hoy no podemos disfrutar por la niebla baja que hay), pero hay que tirar de riñones y bastones, y acabamos un poco desperdigados. Mikel y Emilio por delante, luego Alberto conmigo a rebufo, y un poco más atrás Igor.

Finiquitando el Lete (fot. Victor de Pedro)
Tras el Lete viene una bajada más gorda por pradera de hierba que nos deja en un campo de fútbol 😂 Esto no es broma, ahí están las porterías, aunque no se yo cuando habrá jugado alguien ahí... En esta bajada nos hemos vuelto a arrejuntar todos y juntos hacemos la parte final de la bajada, que es por sendero de a fila entre bosque y otro pequeño repecho que hay al final de esa zona boscosa para salir de nuevo a otra zona más despejada y trotable y donde el que quiera puede salir de la fila india que se había formado en el bosque.

¡Todo el mundo manos arriba! (fot. org.)
Y seguimos en la bajada del Arraialde, que más que una bajada es una montaña rusa... Tras la campa de bajada del repecho boscoso, cruzamos una carretera para entrar en otra zona boscosa con bastante pendiente de bajada y hojarasca. Aquí el año pasado en la edición "por libre" había que andar con mil ojos para no perderse, con marcas mucho mejor 😋 pero hay que seguir atento, para no caerse esta vez... Por aquí Igor se nos descuelga un poco, el salto de la rana le está pasando factura. Lo cierto es que en el repecho del Lete también había andado un poco renqueante y ya nos había advertido que se estaba yendo demasiado rápido para el, así que se habrá descolgado un poquillo para soltar piernas. Tras esta bajada está el avituallamiento de la balsa de Ixona, con comida, donde, si no antes, nos acabaremos por arrejuntar.

Sigo con los brazos arriba, a ver
cuanto aguanto
😜 (fot. Festak.com)
Aún por el bosque pero ya con menos pendiente, aún queda otro repechillo. Aquí Alberto, que estrenaba bastones, decide guardar en la mochila uno de ellos que se le había roto no se sabe muy bien como. Un corte limpio tiene, tiene toda la pinta de que es un defecto de fábrica... si es que lo de estrenar bastones en esta carrera está gafado. Mientras le hecho una mano para meterlo en la mochila, Mikel y Emilio van tirando para adelante, por lo que seguimos Alberto y yo solos rumbo a la balsa. Este tramillo es de bajada trotable, pero buff, se me está atragantando un poco, así que bajo algo el ritmo. El avituallamiento está a la vuelta de la esquina, no voy a hacer el tonto de reventarme justo antes de llegar. Alber se queda conmigo, pero al haber bajado el ritmo a Mikel y Emilio ya los perdemos del todo de vista hasta llegar a la balsa.

En la balsa, lo primero que hacemos Alberto y yo es apartarnos a un lado a mear y luego ya a rellenar bidones. En efecto ahí están Mikel y Emilio, que llevan ya un rato y están casi listos para salir. Yo no tengo mucho apetito, pero me intento forzar a comer algo, que en estas carreras largas si no comes estas sentenciado. Y nada, la verdad es que Alberto y yo hacemos parada expres y al poco ya estamos saliendo del avituallamiento.

En la balsa, Emilio y de fondo Iker,
¡casi me lo cruzo! (fot. Festak.com)
Los primeros metros son una vuelta a la charca que nos dejan en el comienzo de la cuarta subida de la jornada, el Almurrain. Ya en esta primera parte, que es llana y en la que Mikel, Emilio y Alberto se ponen a trotar, me voy dando cuenta que no voy fino filipino, así que en cuanto veo aparecer las primeras rampas me despido que yo voy a mi ritmo y me descuelgo. Tras una primera rampa en la que ya me meto en sendero de tierra y hojas entre bosque hay un pequeño descansillo. Lo cierto es que a Alberto lo tengo a tiro de piedra, pero no hago por cogerlo. No voy mal... pero tampoco voy bien. Emilio y Mikel por su parte están algo más adelantados, esos si que fuera de alcance. Y es que tras el descansillo viene una de las rampas más duras de la carrera. El Almurrain es corto, pero como no vayas bien, como es mi caso, te deja baldado. Hasta ahora como he dicho, no iba rápido pero bien, tipi-tapa sin parar, a buen ritmo, pero a mitad de la rampa... hago plofff. Bastones y a tirar de brazos, parece que estoy subiendo por el Himalaya. Por aquí me cruzo con Iker el aita de Carla que ha venido a ver a unos amigos y que me da ánimos, pero ya le digo que voy muerto... Tiro de todo lo que tengo para llegar a la cima en 3h03', 21'5 kilómetros, no queda nada...

El petardazo está cerca (fot. Iker)
No exagero cuando digo que llego EXAUSTO. No recuerdo una sensación así... ni se de cuando, ni si la he tenido, porque es como si me temblasen las piernas, ¡y eso que estaba yendo a ritmo de caracol! Tras pasar el control me aparto a un lado y me siento en una piedra a descansar, coger aire y replantear la carrera. Está claro que de Alberto, Mikel y Emilio ya me despido hasta meta, y con ellos de hacer cualquier tiempo cercano a las 9 horas, así que el objetivo ahora es acabar y ya está. Ahora hay una mini bajada para afrontar de seguido el Kapildui, así que bueno, habrá que tomárselo con filosofía. Me tomo un gel, a ver si obra el milagro, y voy avanzando poco a poco, que aún queda mucho y esto se puede (se va a) hacer muy largo.

Y nada, tras la bajadita a trote lento, empiezo la subida muy poco a poco. El primer tramo de subida es aún por bosque y luego ya a cielo abierto y con el chirimbolo de la cima de fondo. Pues ahí hay que llegar, así que a dosificar. Andando, andando, poco a poco me voy sintiendo mejor. Vengo de un pozo de sensaciones, así que eso era fácil 😅 pero bueno, no voy a paso caracol, ahora yo creo que ya voy a paso tortuga. Llego incluso a trotar en un descansillo que hay a mitad. Por aquí por cierto me pasa Saski, que yo creo se extraña de verme tan cuerpo escombro. Pues es lo habitual últimamente... pero bueno, lo dicho, que no voy ni tan mal ahora. Aún así, se me hace larga la subida, que siendo como es la subida más larga de la carrera, debería entrar dentro de lo normal jaja Pero si, los últimos metros, por bosque y que son los que más pendiente tienen, se me hacen duros.

A los pies de la estación meteorológica,
Kapildui finiquitado (fot. Anto Correpoco)
Tras el control de cima del Kapildui hay una bajada no muy larga que da entrada al Butxisolo, que al subirse desde el Kapildui no pasa de una rampa. No he dicho nada, pero en todo momento estoy yendo solo. Desde el Almurrain prácticamente todo corredor con el que he coincido han sido los que me han ido pasando 😓 en la bajada, pues bueno, dejándome llevar llego a alcanzar algún que otro corredor. Ahora viene Okina y ya estoy pensando en ponerme las cartolas. Es la única forma que creo que voy a poder levantar cabeza, comiendo bien y rellenando la reserva de energías que se me ha quedado vacía antes de tiempo.

¡¡Okina, que llegoooo!!
(fot. Festak.com)
Okina, kilómetro 32 y unas 4h45' de carrera. ¡Qué alegría ver Okina! Ese avituallamiento a los pies de la iglesia es de lo más bonito que uno se puede echar a la cara. Bueno, a tomárselo con calma. Dejo los bastones a un lado y voy cogiendo cosas: yogur, embutido, frutos secos, chocolate, fruta... con todo en ristre me voy junto a los bastones y me siento a comer. Sin prisas, tengo que recuperar, más me vale 😝 Y en esas que estoy yo ahí acabando la merendola y veo a alguien que me suena... ¡Igor! ¿Cómo tu por aquí? Eso es lo que me dice el jaja Y nada, nos contamos un poco las penas de cada uno. Así que nada, mientras se avitualla aprovecho a coger líquidos y comer algo más, ahora si que sin prisa porque tengo pensado salir con el a hacer el resto de la carrera.

Un buen rato llevamos ya por Okina cuando decidimos ponernos manos a la obra. Bajamos a la parte de abajo, donde está el público que ha venido a animar. Ahí está la pareja e hijo de Igor, así que tras hablar un rato, cambiarse Igor de calcetines y sacar unas foticos, ahora si, nos ponemos de nuevo en marcha. Han pasado "solamente" 20 minutillos, mira que yo pensaba que llevaba más en Okina 😆 pero bien, minutos aprovechados, ahora a ver como sienta la vuelta a la carrera.

Estamos taann agustiiitooo 🎶
Nada más salir de Okina, ¿qué tenemos? Pues el Zalbizkar, un monte con unos buenos rampones para darnos un baño de realidad. La primera parte además es por camino despejado, menos mal que aún el sol no aprieta duro, aunque ya se está empezando a hacer notar. Como estamos recién descansados y nos lo tomamos con relativa calma, nos quitamos este monte sin mayores complicaciones.

Tras el Zalbizkar, hay una zona de subi-bajas, kilómetro y medio más o menos, donde se puede trotar a ratos y que culmina en la cima del Pagogan. Este tramo pues también bien, la recarga de Okina no ha venido nada mal, aunque Igor se está encontrando con otro problema, del que ya iba aquejándose al llegar a Okina, calambres en las piernas. Se ha tomado bien de sales, pero nada, no parece que le solucionen el tema. Subiendo no va mal, el problema viene a la hora de trotar. Pues ahora hasta Lendiz viene un buen tramo de sobre todo bajada y llano... a ver como aguanta Igor.

Comenzamos trotando, pero cada poco tenemos que hacer paradiña para que Igor pueda estirar. ¡Ánimo Igor! A mitad de bajada hay un camino ancho, de pastoreo y con vacas rondando, que es totalmente llano y da inicio a un sendero de bajada entre bosque y caída en un lado en varios puntos que me comenta Igor que ha hecho alguna vez en bici (yo ni con tija automática me meto ahí con la bici). Por Ese camino, muy llano y trotable, lo hacemos casi al completo andando, dándonos alcance casi al final una pareja que, aunque no conozco personalmente, si de vista de muchas otras carreras. En la de los Montes de Vitoria por libre del año pasado sin ir más lejos nos encontramos. Le comento a Igor de trotar para ver si así nos arrejuntamos un poco a ellos, y para hacer camino, ya que andando esto se puede hacer demasiado largo, y así empezamos. Sin embargo, al rato, en una parte que permite mirar para atrás sin riesgo a caer o llevarse un ramazo en la cara, me giro y veo que detrás mío hay un corredor que no es Igor... bueno, decido seguir en la grupeta. No voy sobrado, así que no me extrañaría que más adelante subiendo algún monte, el Lendiz por ejemplo 😝 me diese caza él.

Así van pasando los kilómetros. No voy con la pareja, pero los tengo de guía. En los repechos se me van unos metros, pero luego bajando hay veces que incluso les paso. Hasta el inicio de Lendiz han sido unos 5 kilómetros, con la mayoría cuesta abajo y, sobre todo en la aproximación final, llano. Esta parte llana, por cierto, bastante descubierta y, ahora si, Lorenzo pega con fuerza. ¡Lo que faltaba! Por aquí además descubro un nuevo cambio de esta edición. La subida a Lendiz, que suele iniciarse desde una especie de casa abandonada que hay a sus faldas, desde donde se hacía una directa pasando en parte por unas parcelas que algún año incluso estaban sembradas, este año se hace por el mismo sitio que por donde se baja. Me gustaba más por donde se hacía antes pero bueno, es lo que hay, supongo que el cambio habrá venido motivado porque el dueño de la parcela no habrá dejado pasar por ahí la carrera.

Este nuevo camino de subida es algo más largo, pero con menos desnivel, al final se sube al mismo sitio jeje Se va por camino de tierra hasta llegar a la zona de entrada a la pradera de las faldas de Lendiz, donde en 400 metros de cuestón estas ya en la cima. De subida, un tipi-tapa de manual, a mi ritmo, andando y sin encontrarme con nadie conocido. En la bajada, por la pradera de subida final, me cruzo con Igor 👋 Lo cierto es que estamos bastante cerca, pero bueno, sigo para adelante. Ahora enseguida toca Arrieta, uno de los montes gordos de la jornada, con un avituallamiento líquido. Así que si acaso que me coja por ahí, porque subiendo seguro que va mejor que yo.

De Lendiz a la subida de Arrieta no hay nada. Bajas, un mini llano, el rodeo por el túnel para no pisar la carretera (señalizado y sin pérdida, no como en la de por libre 😜 ) y tras un tramillo de subida por la antigua carretera llega el avituallamiento que da inicio a la subida en si. En el avituallamiento, bien de agua para el cuerpo (los botellines han llegado exprimidos), naranjas a tuti plen, que hay un voluntario que las está poniendo peladas y no veáis como entran, ¡muchas gracias!, y tras rellenar a tope los bidones manos a la obra. Esta subida la tengo requeteconocida y el plan, pues el tipi-tapa, andar y no parar.

Esta subida empieza con desniveles cómodos, pero poco a poco se va a haciendo más pronunciada, lo que en mi estado va aumentando la dureza exponencialmente. La primera parte la he hecho con unos cuantos corredores más o menos todos por nuestro lado pero al mismo ritmo. En la parte final sin embargo yo me he tenido que descolgar. Si al cansancio de los kilómetros y subidas se le suma la solana, mala combinación para mi, muy mala. Llego arriba con la lengua fuera. 7h45' de carrera y tres montes por delante, ¡y el bosque de Armentia!, que no veáis lo duro que se hace como vayas flojeras...

Bueno, ahora una bajada bastante larga y de nuevo avituallamiento de cara a subir el Zaldiaran. Así que con eso en mente, aprovecho a bajar a trote vivo y bebiendo bien de agua para rehidratar en la medida de lo posible. Así llego al puerto del Zaldiaran, donde hay bastante gente animando. Lo que no veo es el avituallamiento... ¿¿dónde está el avituallamiento?? Buffff, no me lo puedo creer, este cambio no me lo esperaba. Eso me pasa por confiarme en que todo va a seguir igual de un año para otro y no mirar na de na. Estoy con los bidones vacíos y el Zaldiaran por delante, que rico. Estoy bloquing total, pero total total, que según empiezo a subir cojo una piedra y ahí me quedo sentado. Este fiasco de no ver el avituallamiento en el puerto está al nivel del que me llevé un año de pequeño cuando el Olentzero no me trajo la tan ansiada NES 😭😭😭 Un corredor que ve mi cara de niño desilusionado me pregunta a ver si estoy bien y me da ánimos, confirmándome que si que hay avituallamiento en el Zaldiaran, pero que está donde el camino engancha con la carretera al repetidor.

Este última noticia me devuelve un poco la vida, no queda tanto para poder echar un trago de agua. De todas formas, muuuuucho mejor el avituallamiento en el puerto, antes de empezar la subida, aunque la culpa es mía por no mirar el track y no regular el agua como es debido... De mi sentadilla en la piedra al avituallamiento son 300 metros. Según llego me lleno un bidón, me lo bebo casi entero, lo vuelvo a rellenar y me siento en una piedra al lado del avituallamiento. Estaba seco como la mojarra. ¡Qué sudada! Qué sudada, que se me empieza a meter en los ojos y no veo nada, lo que me faltaba jaja Hasta un voluntario del avituallamiento me pregunta si estoy bien, me vería todo bizco con el sudor en los ojos... Finalmente consigo aclarármelos y ver decentemente bien para acercarme de nuevo al avituallamiento a comer algo de fruta, rellenar de nuevo bidones y salir como alma en pena rumbo al repetidor.

Esta edición se me está haciendo de las más duras que recuerdo, más incluso que la edición del año en la que fui padre y en la que hizo también un calor de la pera. No se si debe ser la secuela del COVID o este año 41 que he cumplido hoy y que me ha sentado mal, porque si, no había dicho nada hasta ahora, pero hoy es mi cumpleaños y lo estoy celebrando arrastrándome por el monte. ¡Qué más se puede pedir! Y nada, del Zaldiaran no queda ya nada, pero los últimos metros se me hacen eternos. Casi 8h40', kilómetro 52 más o menos... y llegando a meta según mis previsiones 😂 Bueno, lo del tiempo de llegada ya es lo de menos, la txuleta de tiempos no la miro desde el Almurrain... ahora mismo lo que cuento son los kilómetros a meta, así que venga, que parado esa cuenta atrás no avanza.

De Zaldiaran a Busto poca cosa, es un sendero de bajada corto, por bosque, piedra y de nuevo bosque que te deja en uno de los rampones más duros de la carrera. Pero Busto es eso, un rampón de la muerte y ya. Así que andandito y a quitarlo cuanto antes. Arff arff arff alguna paradiña para coger aire y Busto fuera. Ahora hasta el siguiente y último monte, Ezkibel, hay algo más, así que vamos allá. Primero la bajada pronunciada de Busto, luego un repecho, zona de de subi-baja, donde al mínimo tengo que echar a andar, y de nuevo bajada para ya dar comienzo a la subida de Ezkibel.

Esta subida es corta, y más desde donde la hacemos, así que me la quito bastante rápido, andando manteniendo un ritmo bastante decente. Voy demacrado pero al menos algo mejor que cuando estaba subiendo Zaldiaran. Ahora bajada y... ¿avituallamiento? Suele haber en el pueblo de Ezkibel, con el mítico melón que entra de lujo, pero tras lo del Zaldiaran, ya no me fío y estoy racionando el agua. ¡Y menos mal! En efecto este año no hay avituallamiento en Ezkibel, así que nada, ha seguir para adelante rumbo al bosque de Armentia, una de las zonas más bonitas de Vitoria para pasear, y un infierno cuando es lo único que se interpone entre ti y la meta y vas todo pufado como es mi caso 😖

Bajada roderas, con mil ojos para no caerme de cabeza en una de ellas, que las piernas ya no responden como a uno le gustaría y, ahora si, bosque de Armentia. Aquí aprovecho a llamar a Junkal y decirle que me queda, pues no se, entre 30 minutos y una hora 😆 para que esté por la zona de meta con las txikis para hacer entrada triunfal, aunque no se yo si va a haber mucha gente para verla jaja El bosque de Armentia, según lo esperado, un suplicio. Voy andando un 90% del tiempo, apenas troto cuando el camino está claramente cuesta abajo. Lo hago en gran parte con otro par de corredores que llevaba viendo desde lo menos la subida de Arrieta. Uno de ellos va parecido a mi, pero mejor, porque la última parte ellos se ponen a trotar mientras yo sigo andando 😝 Y nada, ya en Armentia, con el santo a la vista, me ato los bastones a la espalda mientras voy pensando ya en las peques y la entrada a meta.

Ya en la recta final del paseo de Cervantes, se ve bastante más ambiente entre la gente que ha venido a animar y corredores que han acabado y se quedan por la zona. Yo voy buscando muy grupito y enseguida lo veo. Alize y Eider vienen corriendo a darme un abrazo, ya era hora de que llegase estarán pensando jaja Saludo a Junkal e Iker, que hace bastante ha llegado y está también a la espera de Izaskun, así como a Eli y su marido, al que recogí su dorsal y que por cierto ha quedado... ¡noveno! Y nada, ya solo quedan 100 metros que hago con las txikis andando-trotando. La parte final que ya hay gente animando a ambos lados les da hasta algo de vergüenza jaja Sufrida carrera con final feliz, "solo" he tardado 10h36'40" 😅 La meta por cierto ha vuelto a sus orígenes, a pleno paseo de Cervantes. Mejor, ya que la meta dentro del estadio de Mendi era más fría, al no poder entra la gente a ver.

En mejor compañía, ¡imposible!
Tras la meta, espero a Junkal mientras comento la carrera con Eider y Alize 😄 y luego ya me meto en la zona de avituallamiento, que es super completa: tortilla, sandwiches, frutos secos, fruta... hasta cervecitas frías hay. Mientras me avituallo sentado a una mesa me da tiempo a ver como ha quedado el resto del grupeto, que parece se ha acabado desperdigando un poco. Alber ha sido el primero en llegar, en 8h59'20", ha clavado lo del tiempo estimado en 9 horas jaja. Emilio ha llegado a meta con Alex, poco después, y han hecho 9h9'37", tiempazo para su estreno. El siguiente ha sido Mikel, con 9h17'19". Han llegado en goteo, y es que han debido ir mucho tiempo juntos en carrera y solo se han distanciado al final. Otros ilustres conocidos de Voy... que no voy han sido Iker, que llegó en 9h0'23", es decir, justo detrás de Alberto, y luego ya los que van de sobrados que incluso han conseguido plaza para la Hiru Handiak..., Andoni con 7h11'51" y Rupo con 7h18'36", increíble la progresión del Rupo. Tras hacer el repaso de clasificación y ya avituallado, salgo para fuera cruzándome justo con Igor, que ha hecho 10h57'40", contándonos las penas mutuas 😂 No me olvido tampoco de Izaskun, que esta carrera se la ha tomado de preparación a la G2H con una amiga y ha llegado poco después, en 11h18'27", y Gorka, en 12h53'45", que esta carrera siempre se la toma en plan marcha y disfrutándola seguro que mucho más que yo este año.

Y nada, con el trabajo sufrido pero hecho, toca dar un paseíllo hacia casa, para soltar piernas 😜 Ducha en casa y... ¡¡a celebrar el cumpleaños!!

Resultados (sobre 63'04 km):
1º Jon Rodrigo Zarzosa: 5:57:00 (5:39/km)
2º Mikel Martín Arruabarrena: 6:01:21 (5:43/km)
3º Iñaki Fernández de Bastida Garrido: 6:13:43 (5:55/km)
1ª Lur Basterretxea Kerexeta: 7:34:54 (7:12/km)
2ª Beatriz Villegas Prada: 7:47:41 (7:25/km)
3ª Raffaella Ciavola: 7:49:28 (7:26/km)

Resultados personales:
- Tiempo oficial: 10:36:40
- Ritmo real: 10:05/km
- Diferencia primero: 4h39'40"
- Posición General: 459/817 (104 ret.)


No ha costado ni nada...
Las conclusiones de esta edición son que una edición más a la buchaca y a por la próxima, poco más que reseñar. He pasado malos momentos, pero lo cierto es que desde Almurrain he desconectado mucho y me lo he tomado con bastante calma, sufrir lo mínimo, que no ha sido poco. Lo peor ha sido la deshidratación que he tenido a ratos, un Zaldiaran para olvidar. En 2017, año en el que fui padre y casi no entrené, a parte de que fue una edición también con mucho calor, hice mejor tiempo (10h31', no mucho mejor 😝 ). Este año venía mejor preparado, aunque el COVID yo creo que ciertamente me ha afectado, y no solo por el tiempo sin entrenar justo antes de la carrera, y luego el tema desconexión. Me he parado muchas veces, pero ya no solo en los avituallamientos, si no entre tramos. Si es una carrera más larga y dura no se yo si la habría acabado... Pero bueno, hecho, y a por la siguiente edición, ¡que esta carrera no me la pierdo! 👋



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